Rayos De Dicha

Hola todos, espero que les agrade este blog, ante todo el nombre es porque sólo la dicha o felicidad se tiene de vez en cuando y a pesar de tener problemas y cuando se están solucionando pues aparecen estos rayos de dicha que te dan esperanza para poder ser feliz...

domingo, junio 18, 2006

Tu Puedes Hacer la diferencia

El primer día de clases, la profesora Rodríguez, maestra del 5 grado de primaria, les dijo a sus nuevos alumnos que a todos los quería por igual.

Pero eso era mentira, porque en la fila de adelante se encontraba hundido en su asiento Jaime Castillo, a quien la profesora Rodríguez conocía desde el año anterior, no le había dado clases, pero había observado que él era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desalineadas y constantemente necesitaba un baño.

Con el paso del tiempo, la relación entre la profesora y Jaime se volvió desagradable, a tal punto que ésta sentía mucho gusto al marcar sus tareas con grandes taches en color rojo y ponerle algún comentario fuerte en el encabezado.

Un día en la escuela le pidieron a la Profesora Rodríguez que revisara los expedientes anteriores de cada niño de su clase y ella puso el de Jaime hasta el final. Sin embargo, cuando revisó su archivo, se llevó una gran sorpresa:
La maestra de primer grado de Jaime escribió: "Jaime es un niño brillante con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca". Su maestra de segundo grado había escrito: "Jaime es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros pero tiene problemas debido a que su madre tiene una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha".

Su maestra de tercer grado escribió: "La muerte de su madre ha sido dura para él. Trató de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa le afectará pronto sino toman algunas acciones". Su maestra de cuarto escribió: "Jaime es descuidado y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase".

En este momento la Profesora Rodríguez se dio cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. Se sintió todavía peor cuando al llegar el día del maestro, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos cada uno de ellos en papeles brillantes y preciosos listones, excepto por el de Jaime... Su regalo estaba torpemente envuelto en el pesado papel café que parecía haberlo tomado de una bolsa del supermercado. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de ese papel un brazalete de piedras al que le faltaban algunas y la cuarta parte de un frasco de perfume. Pero ella minimizó las risas de los niños cuando exclamó: - ¡Qué brazalete tan bonito, poniéndoselo y rociando un poco de perfume en su muñeca! Jaime se quedó ese día después de clases solo para decir: - "Profesora, hoy usted olió como mi mamá solía hacerlo". Después de que los niños se fueron, ella lloró por lo menos durante una hora. Y, desde ese día ella renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética. En su lugar, ella comenzó enseñar valores, sentimientos y principios a los niños. Desde entonces la Profesora Rodríguez le tomó especial atención a Jaime. A medida que trabajaba con él, su mente parecía volver a la vida. Mientras más lo motivaba, más rápido respondía. Al final del año, Jaime se había convertido en uno de los niños más listos de la clase y a pesar de su mentira de que ella quería a todos los niños por igual, Jaime se volvió uno de sus consentidos.

Un año después, ella encontró una nota de Jaime debajo de la puerta del salón, diciéndole que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida. Pasaron seis años antes de que recibiera otra nota de Jaime. Él entonces le escribió que ya había terminado la preparatoria, había obtenido el tercer lugar en su clase, y que ella todavía era la mejor maestra que había tenido en su vida. Cuatro años después, recibió otra carta, diciéndole que no importando que en ocasiones las cosas habían estado duras, él había permanecido en la escuela y pronto se graduaría de la Universidad con los máximos honores, Y le aseguró a la Profesora Rodríguez que ella era aún la mejor maestra que él había tenido en toda su vida. Luego pasaron otros cuatro años, y llegó otra carta. Esta vez le explicó que después de haber recibido su título universitario, él decidió ir un poco más allá. Y le volvió a reiterar que ella era aún la mejor maestra que él había tenido en toda su vida, Sólo que ahora su nombre era más largo y la carta estaba firmada por el Dr. Jaime F. Castillo, D.B.A.El tiempo siguió su marcha y en una carta posterior Jaime le decía que había conocido a una chica y que se iba a casar, le explicó que su padre había muerto hacia 2 años y le preguntó si accedía a sentarse en el lugar que normalmente esta reservado para la mamá del novio, por supuesto que ella accedió. Para el día de la boda usó aquel brazalete con varias piedras faltantes y se aseguró de usar el mismo perfume que le recordó a Jaime a su mamá la última Navidad, Ellos se abrazaron y el Dr. Castillo susurró al oído de la Profesora Rodríguez: - "Gracias Profesora por creer en mi, Muchas gracias por haberme hecho sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia". La Profesora Rodríguez, con lágrimas en sus ojos, le susurró de vuelta diciéndole: - "Mi querido Jaimito, tu estás equivocado. Tu fuiste el que me enseñó que yo podría hacer la diferencia. No sabía como enseñar hasta que te conocí".

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

ay q lindooooooooooooo!!! ese jaimito muy buena muy conmovedor demasiado para aprender d ela vida y saber de q hay cosas q nunk sabemos y es mejor informarse bien para no dar con lo q a uno mas le duele....buena rei

6:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

NI que decir, precioso!

8:47 p. m.  

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